Negligencia

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La negligencia es la jerga de los seguros para describir las acciones imprudentes o irrazonables que provocan daños o pérdidas por tu culpa, la de alguien cubierto por tu póliza o la de otra persona.

¿Qué es la negligencia?

La negligencia es la forma legal de decir que tú, alguien cubierto por tu póliza o cualquier otra persona han metido la pata.

En concreto, en el ámbito de los seguros, la negligencia se refiere a no haber actuado de la forma en que lo haría una persona razonable ante la misma situación. Y como resultado, alguien o algo resultó dañado.

Esto puede aplicarse tanto a ti, como titular del seguro, como a otras personas cubiertas por tu póliza de seguro (por ejemplo, otros asegurados adicionales), o a un tercero.

Dependiendo del grado de negligencia que hayas cometido y del tipo de seguro de que se trate, puedes estar parcialmente cubierto por las consecuencias de tu error. Pero si hiciste algo como dejar la puerta de tu casa abierta de par en par y alguien entró y se llevó tu televisor, tu seguro probablemente no cubriría todos los costes de tu error.

Tu aseguradora habitualmente no cubrirá los daños en caso de negligencia, y siempre lo decidirá caso por caso. Para evitarlo, pregúntate siempre si has hecho todo lo razonablemente posible para proteger tus cosas y las de tu entorno.

Negligencia grave y tu cobertura

Como hemos dicho antes, tu aseguradora tiene en cuenta el grado de negligencia que has tenido cuando presentas una reclamación. Es decir, los niveles de negligencia se utilizarán para determinar tu responsabilidad (el grado de responsabilidad que tienes) en un determinado incidente.

Mientras que la negligencia puede significar simplemente olvidarse de poner el candado a la bici u olvidar el teléfono en el tren, la negligencia grave es el tipo más grave de comportamiento imprudente. Significa que hubo un desprecio intencionado o deliberado por tu propia seguridad o por las cosas de otra persona (y viceversa).

Ejemplo 1:

Supongamos que tienes un perro con antecedentes de mordeduras (que no cubren la mayoría de las compañías de seguros, por cierto), y le sueltas la correa y muerde a tu vecino. Lo más probable es que eso se considere negligencia grave, y no esté cubierto por la responsabilidad civil de tu póliza.

Ejemplo 2:

Imaginemos que sabías que había una fuga de gas en algún lugar de tu patio cerca de la casa de tu vecino, y que se incendia, causando graves daños a su propiedad. En este caso, tú también estarías en el ajo y lo más probable es que no te cubra tu seguro.

Otros ejemplos de negligencia en los seguros

He aquí algunos ejemplos no tan locos de falta de acción por tu parte, que podrían calificarse de negligencia:

No tapar los agujeros que tu perro hace en tu jardín, lo que hizo que un visitante se cayera y se rompiera una pierna

No llamar a profesionales para que retiren un árbol podrido que se inclinaba sobre la valla de tu vecino, que se cayó en una tormenta de viento y causó muchos daños

Comprueba tu póliza para entender tu límite de responsabilidad, y plantéate siempre si estás actuando de manera razonable para reducir los riesgos en la medida de lo posible.