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Las reformas de casas son procesos complejos y tediosos por los que nadie quiere pasar. Pero las construcciones van degradándose con el paso del tiempo y es importante hacer un buen mantenimiento de las mismas.
Además, después de pasar por el proceso de reforma, tu casa queda totalmente renovada, más bonita y adaptada a tus gustos y necesidades, por lo que al final merece la pena.
Lo que quizá no sepas es que tu seguro de hogar puede ser un gran aliado a la hora de reformar tu vivienda. Por eso, vamos a explicarte en qué puede ayudarte a la hora de reformar pisos.
Si la reforma se lleva a cabo bien, el resultado será satisfactorio. Pero antes de poder disfrutar de una vivienda totalmente renovada, vas a tener que pasar por una obra, con los inconvenientes e imprevistos que esto supone. Por suerte, una buena planificación puede ayudarte a que las reformas de pisos sean mucho más llevaderas.
En realidad, las reformas empiezan mucho antes de que los albañiles hagan acto de presencia en la vivienda. Porque el primer paso es hacer una adecuada planificación en la que debes tener en cuenta qué cambios vas a hacer en casa y qué tipo de materiales vas a emplear. Esto tiene un peso fundamental en el presupuesto de la obra.
Si la vivienda está en mal estado, o sencillamente tiene una antigüedad superior a los 40 años, posiblemente necesite una rehabilitación importante. Nos referimos a esas reformas que incluyen también aspectos que no son meramente estéticos. Por ejemplo, reforzar las estructuras o cambiar el sistema eléctrico.
Una de las primeras decisiones que debes tomar es si vas a hacer una reforma integral de una vez, o si irás haciendo los cambios poco a poco. La primera opción supone hacer una sola obra pero de mucha más envergadura. Es una buena alternativa si quieres modificar la distribución de la vivienda.
Con la segunda opción tendrás que pasar por varios procesos de reforma, pero no tendrás que invertir tanto de una sola vez.
Si has decidido hacer la reforma por partes, tienes que establecer un orden de prioridades. Lo normal en estos casos es comenzar por la cocina y los cuartos de baño. Porque se trata de estancias que acusan mucho el paso del tiempo. Una vivienda con cocina y baños nuevos, tiene mucho más valor en el mercado.
Además, ya que vas a picar paredes, puedes aprovechar para cambiar la fontanería de la vivienda si fuera necesario.
En reformas posteriores puedes renovar elementos como las puertas y las ventanas, y seguir luego con los suelos. Una vez que esté todo listo, entonces puedes hacer una buena inversión en pintura y decoración.
Cuando sepas qué quieres reformar y cómo puedes hacerlo, es hora de empezar a buscar profesionales que se encarguen de la tarea. Nuestra recomendación es que pidas varios presupuestos y los compares. Tampoco hace falta que te compliques demasiado, tres presupuestos serán suficientes para hacerte una idea del precio medio de la obra que quieres llevar a cabo.
Aunque el precio es importante, no debería ser este el único criterio que tengas en cuenta a la hora de elegir entre una empresa u otra. Ten también muy presente la reputación de los profesionales y la calidad del servicio prestado.
Ya sabes que lo barato puede acabar saliendo muy caro. Si no quieres jugártela con tu reforma, asegúrate de confiar en buenos profesionales.
La reforma integral de un piso de 80 metros cuadrados tiene un coste medio de 36 000 euros. Si lo desglosamos por estancias, un cuarto de baño de unos 6 metros cuadrados se puede llevar unos 4250 euros del presupuesto, y una cocina de 12 metros cuadrados, unos 9000 euros.
Si vives en una comunidad de vecinos, revisa bien los estatutos antes de meterte en obras. Así sabrás qué puedes hacer y qué no. En algunos casos incluso es posible que tengas que pedir permiso a la comunidad para hacer la reforma.
En cualquier caso, asegúrate de que tu reforma les causen las menores molestias posibles a tus vecinos. Los ruidos son inevitables, pero sí puedes evitar que la suciedad se extienda por todo el portal. Te corresponde a ti adoptar las medidas de seguridad necesarias. Por ejemplo, forrar el espejo del ascensor para que no se raye si los obreros lo van a utilizar para subir el material.
Por otro lado, ten en cuenta que las reformas de casas requieren contar con el correspondiente permiso o licencia por parte del Ayuntamiento. Hacer obra sin contar con la licencia adecuada puede implicar que te pongan una sanción y que, además, te paralicen la reforma hasta que todo esté en orden.
La licencia de obra mayor es necesaria cuando se van a hacer cambios estructurales en la vivienda. En el Ayuntamiento te van a pedir un proyecto redactado y firmado por un arquitecto, que cuente con el visado del Colegio de Arquitectos.
Se pide en aquellos casos en los que se van a hacer reformas de menor entidad. Por ejemplo, para renovar un cuarto de baño o cambiar el suelo de la vivienda. Por eso, su tramitación es mucho más sencilla y más rápida.
La tramitación de las licencias puede demorar un tiempo, especialmente las de obra mayor. Así que conviene que actúes con precaución y solicites el permiso con tiempo suficiente. Recuerda que hasta que no cuentes con la licencia correspondiente no puedes iniciar la obra.
La obtención de licencias administrativas implica el pago de una tasa. Lo que vas a tener que pagar depende del lugar en el que esté el inmueble, porque cada Ayuntamiento ha regulado esto de forma diferente.
Lo habitual es que el importe de la tasa sea un determinado tanto por ciento del presupuesto de la obra.
Poner un contenedor o un saco para escombros implica una ocupación de la vía pública, y por eso hay que pagar por ello.
La tramitación del permiso puede variar en cada Ayuntamiento. Pero lo normal es que para solicitarlo haya que presentar un pequeño plano indicando la superficie que ocupará el contenedor.
En cuanto a la tasa, esta viene determinada por la superficie ocupada. También se tienen en cuenta otros factores como el tipo de calle de que se trate.
Nuestros seguros de hogar te ayudarán en el proceso de reforma de tu vivienda si la obra la has tenido que acometer a consecuencia de un siniestro cubierto por la póliza. En este caso, tú no tendrás que abonar absolutamente nada.
Si se trata de una reforma voluntaria, la que haces sencillamente porque quieres, estamos ante una reparación derivada del uso normal de la vivienda. Esto quiere decir que el seguro de hogar no la va a cubrir.
No obstante, hay ciertas labores de mantenimiento que sí están cubiertas. Por eso, es importante que leas bien tu póliza. Quizá tienes algunas coberturas extra que desconoces.
Por otro lado, los seguros estamos en contacto constante con especialistas en reformas: fontaneros, pintores, carpinteros… Si necesitas contratar a un profesional y no lo encuentras, tu seguro puede ayudarte. ¿Cómo? Poniéndote en comunicación con albañiles, electricistas, etc. Así ahorras tiempo y te evitas preocupaciones.
Cuando se abordan las reformas de casas, el propietario actúa como promotor. Por tanto, si la empresa constructora causa un daño a terceros y no se responsabiliza, el promotor será responsable subsidiario.
Para que esto no suponga un problema, asegúrate de que la empresa de construcción que contratas tenga al día el correspondiente seguro de responsabilidad civil.
Cuando compras una casa a reformar te puede surgir la duda de si es mejor contratar el seguro de hogar antes o después de la obra.
Lo que nosotros aconsejamos es contratar la póliza antes de la obra. Podría ser una póliza básica que cubra el continente. Una vez finalizada la obra, se pueden ampliar las coberturas al contenido, asegurar la casa frente a robos, etc.
Si es una vivienda que ya tenía un seguro antes de la obra, una vez terminada la misma hay que hacer ajustes. Es importante avisar a la aseguradora de los cambios que se han producido en la vivienda. Para que esta lo tenga en cuenta y reajuste la póliza.
Por ejemplo, si se ha cambiado el viejo sistema eléctrico por uno nuevo, esto puede suponer una rebaja en la póliza. Porque con la instalación nueva el riesgo de siniestro es menor.
Las reformas de casas pueden ser un tema complicado. Pero si se hacen bien, no hay razón para que el resultado no sea un auténtico éxito. Recuerda llevar a cabo una buena planificación, escoger el presupuesto más adecuado y pedir las licencias administrativas correspondientes. Una vez terminada la obra, contacta con tu seguro para informarle de los cambios. ¡Disfruta de tu hogar renovado!