Exclusión

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Una exclusión es cualquier pérdida o daño que no está cubierto por tu seguro (vaya, que no podrás dar un siniestro por ellos).

¿Qué son las exclusiones del seguro?

Las exclusiones son una forma que tienen las aseguradoras de definir de forma más detallada lo que está cubierto y lo que no en tu seguro.

Aunque la mayoría de las exclusiones se encuentran después de las principales secciones de cobertura de tu póliza donde se utilizan para matizar esas coberturas, también verás exclusiones generales que afectan a la póliza en general.

Exclusiones generales del seguro de hogar

Hay 7 exclusiones típicas que se encuentra en casi todos los seguros de hogar:

  1. Desastres, emergencias y catástrofes naturales
  2. Sucesos cubiertos por el Consorcio de compensación de Seguros
  3. Pico eléctrico
  4. Negligencia y pérdida intencionada
  5. Guerra
  6. Peligro nuclear
  7. Riesgos cubiertos por seguros específicos

Explicación de las exclusiones generales

Ordenanza o Ley:

Significa las pérdidas derivadas de asuntos legales relacionados con la construcción, la reparación o cualquier derribo o retirada de escombros.

Desastres naturales y sucesos cubiertos por el Consorcio de compensación de Seguros:

Esta exclusión se refiere a sucesos naturales difícilmente previsibles y que normalmente causan gran cantidad de daños (y potencialmente, crucemos los dedos, vidas de personas). Hablamos de fenómenos extraordinarios como tsunamis, terremotos, inundaciones, movimientos de tierras, grandes tormentas....

En muchos casos, estos seguros no están cubiertos por las pólizas de seguro de hogar, si no que, en España, están cubiertos por el Consorcio de Compensación de seguros, una entidad pública que se encarga de estos casos muy poco frecuentes.

Pico eléctrico:

Esta exclusión es bastante específica... Si un corte de luz o una subida de tensión provoca daños en tus cosas o en tu casa, no están cubiertos. Algunos seguros de hogar los cubren. Sin embargo, como se ha demostrado que son un foco de fraude, en Tuio hemos decidido no cubrirlo y así pasar el ahorro a todos nuestros clientes.

Negligencia y pérdida intencionada:

Una vez que se produce un siniestro, si no haces todo lo que está en tu mano para arreglar las cosas, se considerará negligencia; si lo hiciste a propósito, es un siniestro intencionado. ¿Sería un poco raro que los seguros cubrieran estos casos, no?

Guerra y peligro nuclear:

De forma similar a las catástrofes naturales, la guerra y peligros nucleares están excluidas de tu cobertura. Si un seguro quisiera cubrir estos riesgos, las pérdidas esperadas son tan grandes que las primas resultantes permitirían a muy poca gente acceder a los seguros. Y, en cualquier caso, si ocurre una guerra o un peligro nuclear, probablemente todos tengamos otras preocupaciones más acuciantes, con lo que no creemos en proteger algo que nunca se va a usar.

Riesgos que deban ser cubiertos por otros seguros obligatorios:

Riesgos derivados de la conducción de vehículos si el tomador es quien tiene el control/conducción, daños causados por perros considerados peligrosos, ganado u otros animales salvajes, armas de fuego, la actividad profesional u otras actividades para las que se hayan desarrollado seguros específicos suelen estar excluidas de los seguros de hogar, aunque dichas actividades se realicen en la vivienda (por ejemplo, ahora con el teletrabajo). 

Otras exclusiones en Tuio

Al construir nuestro producto, en Tuio hemos añadido algunas exclusiones más en coberturas donde tradicionalmente se concentra mucho fraude (que hace que tengan una contribución desmedida en el precio). Las aseguradoras suelen incluir muchos límites y letra pequeña para contener este fraude y poder ofrecer precios competitivos. Pero estas limitaciones hacen que los siniestros legítimos tengan una mala experiencia e insatisfacción para los clientes.

Como ninguna de esas dos situaciones era buena, en Tuio hemos decidido que las excluimos de nuestras coberturas.

En particular, en Tuio no cubrimos el hurto dentro del hogar (que es diferente del robo) o los daños a instrumentos financieros (i.e. dinero en metálico, acciones, criptomonedas…) bajo ninguno de nuestros riesgos cubiertos.

La moraleja es: lee tu póliza de seguro... ¡y luego vuelve a leerla!