El pago de impuestos es una obligación para todos los contribuyentes. Si no tienes liquidez suficiente cuando llega el momento de abono, puedes retrasar el pago de la deuda. En caso de que te surja posteriormente un problema, puedes acabar pensando, “no puedo pagar el aplazamiento de Hacienda, ¿qué hago ahora?” Vamos a ver cómo actuar en estos casos.
¿Cuál es el plazo máximo para un aplazamiento a Hacienda?
Como regla general, debes pagar los impuestos dentro del período voluntario de liquidación, que varía en función del tributo de que se trate. Por ejemplo, los autónomos deben abonar las cantidades correspondientes a sus autoliquidaciones de IVA e IRPF trimestrales el 20 de enero, el 20 de abril, el 20 de julio y el 20 de octubre. Mientras que, si haces la declaración de la Renta y te sale a pagar, puedes hacer el abono en un único pago en el mismo momento de presentar tu declaración, o fraccionar el pago en dos, en cuyo caso harás un primer pago al presentar el impuesto y otro en noviembre.
El momento de pago de la deuda a Hacienda es diferente en cada impuesto, pero hay alternativas si no tienes liquidez. Es posible pedir el pago aplazado a Hacienda.
El plazo varía en función de las deudas. Para las que están por debajo de los 30 000 euros, el aplazamiento puede llegar a los 12 meses para las personas físicas y a los 6 para las personas jurídicas. En caso de deudas superiores a ese importe, el plazo máximo de aplazamiento se extiende hasta 36 meses para personas físicas y jurídicas.
Es el modelo 002 de Hacienda el que debe utilizarse en todo caso para solicitar el pago aplazado. Eso sí, hay que tener en cuenta que no todas las deudas tributarias pueden aplazarse. Son inaplazables las retenciones e ingresos a cuenta, y los pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades.
No puedo pagar un aplazamiento a Hacienda
Si te estás preguntando qué pasa si no pagas a Hacienda, ya puedes imaginar que las consecuencias son importantes. Cualquier retraso va a costarte más dinero.
En Hacienda, el pago de impuestos aplazados implica la aplicación de intereses. Es decir, que pagar la deuda tributaria a plazos te va a salir más caro que pagarla dentro del período voluntario de liquidación.
Si, además, cuando llega el momento de llevar a cabo el pago, no puedes hacerlo por falta de liquidez, van a empezar a sumarse a la deuda intereses de demora y recargos.
La Agencia Tributaria te remitirá una carta de pago dándote un nuevo plazo para liquidar la deuda, pero el importe de la misma se habrá incrementado en un 20 % por la aplicación del recargo de apremio. Recargo que se reducirá a la mitad si pagas dentro del plazo que la Administración te ha dado.
Si continúas sin pagar, Hacienda tiene potestad para embargar tus bienes y cobrarse con ellos la deuda. Generalmente, suele recurrir al embargo de saldos en cuentas corrientes, o al embargo de la nómina.
Está claro que, si no puedo pagar un aplazamiento a Hacienda, lo mejor que puedo hacer es actuar lo antes posible para liquidar la deuda. Porque cuanto más tiempo se quede pendiente, mayor será el importe a abonar.