La póliza de tu seguro es básicamente el contrato entre tú y tu compañía de seguros en el que se establece lo que está cubierto, lo que no lo está y todos los demás detalles que lo hacen legalmente vinculante (vaya, que tiene validez a los ojos de la ley).
La póliza de seguro es el acuerdo entre tú y tu aseguradora en el que se describe la cobertura que te proporcionarán a tí y a cualquier otro nombrado en la póliza (tu cónyuge, tu pareja, compañer@s de piso…), a tus cosas y a tu casa.
Después de contratar, pagar y firmar tu póliza (si, el seguro hay que pagarlo, aunque las aseguradoras hagan sus mayores esfuerzos para convencerte de que con ellos no 😆😉), recibirás tu póliza en tu mail. Según la regulación española deberías recibir las condiciones generales, las condiciones particulares y el IPID de tu seguro (el IPID es un documento precontractual muy sencillo que en dos hojas te muestra que cubre tu seguro).
Todas las pólizas de seguro tienen dos partes:
Las condiciones generales son los textos estándar que el asegurador establece de forma común para aplicarlas a todas las pólizas de seguro del mismo tipo.
Tu aseguradora debe darte las condiciones generales, redactadas de forma clara y precisa, tanto en el contrato como en la proposición de seguro (los documentos que te dan antes de que contrates tu seguro).
Las condiciones particulares de la póliza son las cláusulas que se redactan expresamente para TU contrato en particular. Como son unas condiciones particularizadas y escritas para tí, se aplican de forma preferente a las condiciones generales (es decir, antes).
OJO! En las condiciones particulares además se destacan las cláusulas limitativas, es decir, las cláusulas que limitan alguna cobertura. Estas coberturas deberían venir especialmente señaladas en tu póliza, ya que son las que restringen tu derecho a la prestación del seguro en caso de que tengas algún siniestro (por ejemplo, límites de cobertura, excepciones etc)
Adicionalmente, la póliza debe incluir:
Probablemente sea una buena idea comprobar qué cubre exactamente tu póliza de seguro de alquiler o de hogar, para que entiendas cuándo puedes utilizarla y cuándo no.
Como la mayoría de los contratos legales, las pólizas de seguro pueden ser un poco difíciles de leer. Si echas un vistazo a tu póliza, verás que está llena de excepciones confusas. Esto puede dificultar bastante la comprensión de lo que cubre tu póliza de seguro.
En Tuio hemos tratado de mejorar las condiciones particulares de los productos que ofrecemos para que cualquiera las pueda entender. No son perfectas, nos queda para seguir mejorando, pero pensamos que estamos en el buen camino.